El oso polar Arturo, el único ejemplar de su especie que se encontraba en el Zoológico de Mendoza, murió como consecuencia de diversas complicaciones de salud producto de su avanzada edad. Con casi 31 años de edad, el animalito presentaba un cuadro clínico terminal desde hace varias semanas. Arturo llegó al zoo mendocino con ocho años, en 1993, por lo que pasó 22 años en el paseo local "cuidado y atendido por el personal que lo acompañó en su crecimiento". "El preciado animal falleció por un desbalance hemodinámico, lo que desencadenó en una descompensación multisistémica", fue explicado. En ese marco había mostrado pérdida total de apetito, consecuente disminución de su peso y pérdida de visión y de olfato. La situación del oso en el zoo mendocino había generado reclamos en 2014 para que fuera trasladado a una reserva de Canadá, más acorde a las necesidades de Arturo. Sin embargo, los especialistas dijeron que su traslado pondría en peligro su vida debido a su avanzada edad.