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13 mayo 2016

Bob Dylan y un festejo por partida doble


Por Humberto Acciarressi

Robert Allen Zimmerman nació en Minnesota el 24 de mayo de 1941 y ya convertido en Bob Dylan, el 16 de mayo de 1966 editó uno de sus álbumes emblemáticos (uno de los primeros dobles de la música moderna y el primero del rock), "Blonde on Blonde", con el que cerró la trilogía iniciada con los previos "Bringing It All Back Home" y Highway 61 Revisited". Con lo señalado puede observarse que este mes se celebran los 75 años de su nacimiento y medio siglo de su célebre LP, en la terminología de entonces. Lo cual no es poco para este músico y poeta popular, autor de "Golpeando las puertas del cielo" y uno de los grandes cronistas de los Estados Unidos y de la sociedad contemporánea. Aunque para él eso parezca demasiado, ya que nunca aspiró a ser otra cosa que un trovador.

Aprovechando la oportunidad hay que recordar que Dylan es uno de los músicos que en los sesenta generó más descendientes estéticos. De hecho no parece casualidad que la Rolling Stone lo haya colocado en el segundo puesto detrás de los Beatles entre los 100 mejores artistas de todos los tiempos. Nada es casual ni gratuito en la vida de Dylan. Su agitada vida, sus problemas con las drogas, sus crisis religiosas, sus a veces largos paréntesis creativos, sus accidentes, sus amigos y enemigos, su extraordinaria poesía, han inspirado desde libros y canciones hasta documentales y películas. Eso contemplando que su influencia literaria y filosófica acompañaron el sincretismo inspirador entre el folk, el country, el blues y el gospel con el rock and roll y el rockabilly, atravesando géneros como el jazz y el swing.

En lo que respecta al disco doble "Blonde on Blonde" - cuyo nombre estaba inspirado en la obra teatral "Brecht on Brecht" - motivó tantos escritos laudatorios que resulta imposible compilarlos en pocas líneas. Lo conceptual del disco arranca en la misma portada, con la foto famosa de un Bob fuera de foco, con el saco marrón y la bufanda a cuadros negros y blancos, contra una pared de ladrillos. En cuanto al Dylan total, incluso el varias veces postulado al Premio Nobel de Literatura, su genial colega Leonard Cohen ha hablado varias veces sobre él. Hay dos conceptos que merecen destacarse. Uno, que "Dylan es un Picasso, el de más exuberancia, variedad y asimilación en la historia entera de la música". La otra que "Bob es uno de esos personajes que sólo aparecen cada 300 o 400 años". Lo que no es poco.

(Publicado en el diario "La Razón" de Buenos Aires)