El fotógrafo francés François Ronsiaux imaginó cómo sería el mundo si el nivel del mar subiera 300 metros. Si bien una catástrofe de tal magnitud sólo podría ocurrir en el improbable caso de que los polos magnéticos de la Tierra se invirtieran, algo descartado por la ciencia. Sin embargo, cada vez parece más claro que una subida más o menos fuerte del nivel oceánico es imparable, debido sobre todo a la pérdida constante de masa helada en los polos.