Un chico camina sin mirar (o peor aún, sin que le llame la atención) junto a los cadáveres de decenas de muertos exterminados en el campo de concentración de Bergen-Belsen, en la Baja Sajonia, Alemania. Se trata de una fotografía de 1945, casi en los finales de la Segunda Guerra Mundial. Hay que recordar que en el campo mencionado murió, entre miles de personas, la niña Ana Frank.