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15 agosto 2014

La escultura en piedra de Caballo Loco sigue inconclusa


En 1948, el ingeniero y escultor de origen polaco Korczak Ziolkowski pensó que era necesario limpiar la imagen salvaje de los nativos americanos que habían propalado la literatura y el cine. Para eso decidió diseñar y construir un enorme memorial en honor a Caballo Loco, uno de los jefes Sioux más conocidos de la llamada Conquista del Oeste. El hombre comenzó a tallar una inmensa estatua del caudillo indio montado a caballo y señalando al horizonte en una montaña de las Colinas Negras, en Dakota del Sur. La construcción del memorial comenzó en 1948 y casi 70 años más tarde, aún dista mucho de estar terminada.

Actualmente, sólo fue concluida la cabeza de Caballo Loco, que con sus 27 metros de altura ya sobrepasa en nueve el tamaño de los cuatro presidentes de Estados Unidos tallados en el vecino Monte Rushmore. Una vez terminado, el Crazy Horse Memorial se convertirá en la montaña tallada más grande del mundo, gracias a sus 172 metros de altura y 195 de ancho. Junto a la inmensa escultura del monte Thunderhead, el Memorial a Caballo Loco incluirá el Museo Indio de Norteamérica.

Korczak Ziolkowski falleció en 1982, mucho antes de poder ver la cabeza de Caballo Loco esculpida en la roca. La dirección de los trabajos fue asumida por su esposa Ruth, hasta su reciente muerte por cáncer. Desde entonces, una fundación dirigida por sus hijos está encargada de recaudar los fondos necesarios para llevar a buen término esta faraónica obra que quiere convertirse en el monumento más importante en honor de los indios de América del Norte.