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21 diciembre 2013

Frank Zappa, un mito que excede la música


Por Humberto Acciarressi

"Frank, yo quiero ser como tú", cuenta la leyenda que Steve Vai le dijo a Frank Zappa, cuando el primero aún integraba la banda de su maestro. "Imposible, eres demasiado joven para ser pelado", le contestó ese genio de la música, guitarrista impar, compositor brillante, productor y hasta cineasta, de cuya muerte se acaban de cumplir veinte años en estos días. Poeta desde chico y fanático de la música, un día se cruzó en su camino una guitarra eléctrica y la historia de la música del siglo XX cambió para siempre. Una de las cosas que Vai admiraba en su maestro era esa constante revolución del sonido y sus impredecibles solos de larga duración, ya sea en los tiempos de su banda The Mothers of Invention -que rompió todos los paradigmas en los años 60- como cuando se dedicó a la música sinfónica y de cámara. 

Nacido en 1940 en Baltimore y muerto en diciembre de 1993 en Los Angeles, es casi imposible -salvo la existencia de algún Funes el Memorioso de la música - que alguien recuerde los más de cien álbumes que grabó en estudio, además de los recopilatorios "en vivo" y con otros artistas, o bien como solista. Para tener apenas una idea, algunos consignan 94 discos oficiales, 34 sencillos, 13 recopilatorios y 40 tributos. Pero lo importante es que no se trataba de discos del montón, sino de verdaderas obras de arte. 

Desde "Freak Out!" (1966) hasta lo que aún sigue apareciendo a dos décadas de su muerte, Zappa fue un maestro para infinidad de músicos (desde Alice Cooper hasta Black Sabbath, desde George Clinton hasta The Residents), además de un iconoclasta que se forjó una leyenda gracias a sus enfrentamientos con la censura, las grandes discográficas, lo "políticamente correcto" y un sinfin de convencionalismos. Y era el mismo creador satírico que refiriéndose al cosmos decía: "Pienso que hay mucha más estupidez que hidrógeno, y que por lo tanto la estupidez es el bloque básico con el que el Universo está contruido". 

Es tan impresionante la influencia de Frank Zappa, que hasta su nombre se instaló en campos culturales inimaginables para ningún músico. Paleontólogos que nombraron moluscos extinguidos con su nombre (Amareutoma Zappa), biólogos que hicieron otro tanto con peces de Nueva Guinea (Zappa confluentus), arañas de Camerún (Pachignatta Zappa) o medusas de California (Phialella Zappai), y decenas de otros científicos que homenajearon de esta forma tan singular a este músico incomparable. En 1994, un año después de su muerte, la Unión Astronómica Mundial denominó en su honor al asteroide 3834ZappaFrank. Como con sus discos, es imposible citar esas inimaginables derivaciones de su arte en otras disciplinas. Fue, sin embargo, con sus creaciones con el que instaló un mojón hecho de una música que fue rock, clásica, diversa, inclasificable. Por todo esto no es aventurado decir que jamás estará fuera de tiempo. 

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)