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16 noviembre 2013

A 45 años del "Album Blanco" de los Beatles



Por Humberto Acciarressi

En estos días se cumplen 45 años del lanzamiento del único doble vinilo de The Beatles, rara avis de su discografía, y conocido popularmente como el Album Blanco, una especie de enciclopedia de géneros con la que urdieron uno de los compilados de la mejor música de todos los tiempos. Antes que nada no debe olvidarse que los muchachos de Liverpool llegaban de lanzar al mundo, durante 1967, la exuberante psicodelia de La banda del Sargento Pepper, fruto de los lisérgicos sesenta, y señalado como el mejor álbum de rock de todos los tiempos por el Digital Dream Door. A fines de noviembre de 1968, en pleno Flower Power y luego del recargado y brillante diseño de tapa de Peter Blake para "La banda...", los Beatles dieron un golpe de estudiada austeridad con el siguiente disco, con una portada que fue una provocación. Ante las tipografías cargadas, se lanzaron con la blancura más absoluta y el "The Beatles" clásico, austero, casi imperceptible, todo ideado por el artista británico Richard Hamilton. Y aparte la lámina con las grandes fotos de cada uno de ellos, especie de bonus para desprevenidos.

Pero lo importante venía dentro, en esos dos platos de vinilo negro que ahora parecen piezas de museo. El álbum blanco es una enciclopedia de la mejor música de todos los tiempos: la experimentación de "Revolución n° 9", el rock ultrametálico de "Helter Skelter", la balada de "Blackbird", el crescendo fantástico de "La felicidad es un revolver ardiente", el pop en estado puro de "Ob-la-di Ob-la-da", los acordes de la canción clásica en "Martha my dear", el orientalismo en "Long, long, long" (Richie Unterberger escribió que este tema de George es uno de los más infravalorados de la discografía beatle), el concepto sinfónico en "Good night", los riffs inconfundibles de "Guitarra vas a llorar", el surf rock de "Back in the URSS", el homenaje al music hall inglés de "Honey Pie", el blues desaforado de "Year Blues" o escueto de “Why don’t we do it in the road”, el acid rock de "Savoy Truffle". Como se ve, casi nada falta en el álbum blanco, clásico de todos los tiempos y referente enciclopédico obligado para cualquier músico o melómano que se precie.

Hay otras anécdotas que convirtieron al Album Blanco en un clásico entre los clásicos. La participación de Yoko Onmo en "Revolución n° 9" y en "The continuing story of Bungalow Bill" es una. También se extendió la aseveración de que "Rocky Raccoon" (escrita por el dúo Lennon-McCartney en un retiro espiritual) se trataba de una parodia del álbum "John Wesley Harding" de Bob Dylan. Otra curiosidad es que una de las más bellas canciones de los Beatles -el tema le pertenecía a John pero se acreditó al dúo, como siempre- se iba a llamar inicialmente "Maharishi" y era una crítica al gurú con el que meditaron en la India, al que Lennon le tomó especial inquina cuando advirtió que aquel seducía a sus alumnas, entre ellas Mía Farrow, y sólo le importaba el dinero. Ya en Gran Bretaña, George lo convenció de que cambiara algún verso y el título para evitar una demanda, a lo cual John accedió. Así nació "Sexy Sadie". "Fue lo último que escribí antes de abandonar la India", contó más tarde Lennon sobre su bella creación.

Todo lo que pueda decirse del Album Blanco es poco. En esa falta de unidad temática y musical que sí tuvieron otros discos memorables de los Beatles -por ejemplo "Abbey Road"-, hubo quienes vieron un defecto. Nada más alejado de la realidad. En verdad, este disco doble es el real canto del cisne del grupo más grande de todos los tiempos. En esos dos vinilos se condensan sus inicios, sus éxitos y hasta su final anunciado. Incluso Ringo compuso su primer tema - ese folk rock de "Don´t Pas Me By"- para esta placa. Los siguientes "Yellow Submarine" (en rigor la banda sonora, un poco extendida, de la película), "Abbey Road" y "Let it Be" (que se grabó antes pero es el último disco que salió de los Beatles) completaron los doce álbumes, el doble EP ("Gira mágica y misteriosa") y 22 sencillos que editó la banda. Lo demás es historia, ya convertida en leyenda.

(Publicado en el diario La Razón, de Buenos Aires)