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25 marzo 2013

Después de 10 años, a Cristina le molesta Colón

Por Humberto Acciarressi

A la presidente de la Nación, Cristina Fernández, le molesta ver desde su ventana el Monumento a Colón ¿Qué haría otra persona? Las variantes son múltiples: mirar para otro lado, cerrar la ventana, poner su escritorio hacia el oeste, o aguantársela como todos los porteños a quienes no nos gusta el Monumento al Quijote y sin embargo no pedimos que lo trasladen. Ella, por su lado, imparte la orden para que se lleven la estatua. Ni Ionesco hubiera soñado una situación más absurda. Y para colmo, legalmente eso depende del gobierno porteño.

A uno le entra el miedo ¿Y si Cristina no quiere ir con sus comitivas por el Paseo Colón?, ¿o le molesta que Fútbol para Todos pase los partidos de Colón de Santa Fé?, ¿o si la irrita que el Tango vuele sobre la ciudad entrerriana de Colón?, ¿o si alguien la invita a una función en el porteñísimo y argentinísimo Teatro Colón? Y naturalmente me quedo corto, ya que el descubridor cuenta con muchos otros sitios con su nombre. No tantos como el de Kirchner, es cierto. Pero bastantes.

Pero hay algo que no se debe olvidar. Fueron la por entonces presidente electa Cristina Fernández y el otrora jefe de gobierno porteño Jorge Telerman, quienes inauguraron la refaccionada Plaza Colón e incluso el monumento que ahora la presidente no quiere ver. Lewis Carroll no escribió la tercera parte de las aventuras de Alicia, pero nosotros la vivimos día a día.

Por otro lado: ¿hasta cuando piensa gobernar Cristina? Si el monumento no molestó durante diez años de mandato, no veo la razón por la cual debería hacerlo ahora cuando le quedan apenas dos ¿O no es así y yo no entiendo la Constitución? Se dice que en su reemplazo, de cometerse este monumenticidio, sería levantada una estatua de Juana Azurduy , con un millón de pesos aportados por el gobierno boliviano. Aquella valiente mujer que peleó bajo las órdenes del general Belgrano y perdió marido y cinco hijos en su memorable combate, se merece ese homenaje y mucho más. No es justo para su recuerdo que sea a este precio.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)

Mientras se cumple su orden, la
presidente... ¡¡¡hizo tapar la estatua!!!