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14 diciembre 2012

Cuando estalla la violencia que está latente


Por Humberto Acciarressi

"Nos han tocado malos tiempos... como a todos los hombres", bromeaba Borges. Pero hay tiempos que son peores que otros e incluso la historia se recicla de diferentes formas. La violencia, sin embargo, es una lamentable constante, al punto que una adagio de la sociología señala que "la historia es la historia de las guerras". Gracias a los grises la civilización evoluciona. Los marcos legales, las organizaciones sociales, los sistemas de gobierno, son apenas algunas formas con las que tratamos de enfrentar la violencia.

Hace un par de días, en apenas unas horas, una violencia desencajada y por momentos permitida por quienes deberían impedir que se desate, cayó sobre la Argentina como un mazazo. Los desmanes provocados por hinchas de Boca que participaban de lo que estaba organizado como una fiesta por el día del club xeneize, terminó con negocios destrozados, ataques a móviles periodísticos, edificios particulares y el Canal 13. Decenas de simpatizantes de Boca -hombres, mujeres y niños- miraban azorados lo que hacían esos vándalos.

Mientras, en el Tigre, casi se cae un tribuna en el partido Federer-Del Potro, se vendieron entradas de más y las quejas de los que pagaron fortunas y no pudieron entrar, por suerte quedaron minimizadas, ya que algunos amagaron con desatar un caos padre. Las secuelas del fallo judicial que dejó en libertad a todos los acusados del "Caso Marita Verón" liberó en la sociedad una violencia que, en algunas ciudades y especialmente en la Capital, pasó de los insultos a los jueces y la indignación, a las piedras y los cócteles Molotov. Y aún no termina.

En tanto, sobre la avenida Belgrano llegando a Entre Ríos, militantes de la UOCRA que la noche anterior se había baleado entre sí, se miraban con desconfianza en una jornada de elecciones. Los taxistas huían hacia sus casas y en cada punto de la ciudad la gente miraba de reojo. La violencia individual de todos los días había dado paso a la colectiva. Estos son apenas algunos hechos que otros deberían analizar.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)