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16 octubre 2012

Andrea Rincón versus los hermanos Caniggia

Por Humberto Acciarressi 

Como suele ocurrir en el gallinero, nunca se sabe quien comenzó el desplume. Y en realidad es un dato menor, ya que las gallinas siempre están esperando para entrar en la pelea, de forma tal que todas son de alguna manera culpables. E incluso si hablaran, es de suponer que hasta se darían corte. Nadie es inocente en un escándalo en el gallinero. El mundo de la farándula, lo alimente quien lo alimente, no difiere demasiado del cobertizo bajo el cual pululan estas aves plumíferas. 

En estos días, los inefables hermanitos Caniggia -que sin mamá en las cercanías hablan, así sea como retardados- bautizaron como "Andrés el camionero" a Andrea Rincón, una de las chicas más lindas de esa corte de los milagros. Esa sensualidad barrial (un detalle extra para sus linduras) parece ser que no se estila en la Marbella aristocrática de los Caniggia-Nannis. No la entienden. Claro que Andrea no se queda corta y llamó a Charlotte "esa chica a la que pusieron nombre de postre helado". Y fue allí cuando se metió su hermano, un verdadero guardabosques. Alexander le tiró a Rincón con ese entusiasmo que tienen por la discriminación: "Es un monito, grasa y gato". Y su hermana, la "virtuosa" de las pelucas de kanecalón largó su frase sobre "Andrés el camionero" con tono despectivo, para que se sepa que los camioneros entran en su catálogo de "grasas". 

Se dice que las peleas comenzaron cuando la dupla le prohibió a Andrea el ingreso a sus fiestas de ShowMatch. Insisto: no es demasiado relevante en estos enfrentamientos bizarros. Pero cuando la morocha tiró que el jurado del Bailando protegía a los mellizos, Alexander que, como señalamos, actúa en bloque- precisó: "No la conozco ¿Es gato de miau? No me gusta". Rincón redobló la apuesta y respondió que "gato es la mamá de estos chicos". "Yampein" la mandó "al Rincón" y Alexander añadió que no habla "con grasas". "Es gato camionero y quiere prensa. Es un monito", articuló. Y Andrea aclaró: "Yo soy perra y a los gatos me los como vivos". Esta historia aún no ha concluido. 

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)