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05 septiembre 2012

No se baña desde 1974 y dice que lo lava el porro

Por Humberto Acciarressi 

Año: 1974. Lugar: la India. Protagonista de la historia: Kailash Singh. Género: bizarro y roñoso. Ya estás en órbita y comienza la función. Supongo que sos de los que se bañan cotidianamente y se lavan los dientes una, dos y hasta tres veces al día. Aclarado esto te paso a contar la historia de Kailash, un indio (un habitante de la India) que al a por los años 70 se casó y buscó, con entusiasmo, un hijo varón. No pasó nada. La mujer no quedaba embarazada. 

Desesperado, el pobre tipo acudió a un sacerdote que le dio una "cura" que definiría su vida. Le dijo que tendría un varón de descendencia si dejaba de bañarse y lavarse los dientes. Y así pasaron los años. En la actualidad, se cumplió la mitad de la profecía. El indio tuvo hijos, pero todas mujeres. Siete para ser más precisos. Pero él quiere un varoncito. Y justamente por eso no se baña, no se corta el pelo y no se lava los dientes desde hace 38 años. Por supuesto es un monumento al asco que camina. Un vómito ambulante. 

Singh está considerado el hombre más sucio del mundo y su mujer ya tiene 60 años, con lo cual hay que sospechar que nunca más volverá a bañarse. Lo más curioso es que él asegura que se mantiene limpio gracias a que todos los días se somete al humo de una fogata y al de varios cigarrillos de marihuana. El lo llama "baño de fuego", le cuenta a quien se le acerca, ya que el olor que arrastra es repugnante. Meterse en un camión de Cliba repleto de residuos es un baño termal al lado de la baranda que tiene el indio, que usa dos pulóveres todo el año, incluso en pleno verano. 

Hoy, el sujeto de marras tiene 63 pirulos y algún viejo conocido confió que en su pueblo de origen, en las afueras de la ciudad santa de Varanasi, ya había rechazado siendo un chico el baño ritual en el Ganges. O sea que ya era un sucio desde pequeño. Durante un tiempo, Kailash tuvo una despensa. Nada menos!!! Pero la debió cerrar porque sus clientes dejaron de ir. El dice que por su personalidad. Este tipo es cosa seria: encima de mugriento, se da el gusto de hacer chistes. 

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)