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05 septiembre 2012

La AFIP controla a los ETs en el Uritorco


Por Humberto Acciarressi

Todos saben que el Cerro Uritorco es uno de los preferidos por los turistas galácticos que llegan a la Tierra para enseñarnos a ser mejores o a convertirnos en "paté de ser humano", ya que aún las cosas no están muy claras. Es mucho lo que se ignora sobre el tema y -lo siento por ustedes- algunos no podemos contar lo que se esconde en el Area 51. Pero una de las cosas que nadie sabe es qué moneda usan los habitantes de Ganímedes. Y eso la AFIP no lo puede tolerar.

Por eso, la Administración Federal de Ingresos Públicos, que ya se metió hasta bajo las camas de la gente, ahora quiere saber qué se traen entre manos los habitantes del espacio ¿Estarán llevando dólares hacia el anillo de Orión?, ¿será necesario mandar "sabuesos" del organismo a los límites de la Vía Láctea?, ¿será Plutón un paraíso fiscal de los "desastabilizadores" del gobierno kirchnerista? Todo puede ser, desde que Echegaray quiere estar en todo, cual Torquemada contemporáneo.

Claro que para un control más riguroso hay que comenzar por casa, razón por la cual la AFIP clausuró durante tres días el mítico Cerro Uritorco, en Capilla del Monte, Córdoba. No hace falta recordar que el lugar es una de las atracciones del Valle de la Punilla, y que ascienden al cerro entre 60 y 80 mil personas al año. Eso sin contar con los que descienden de los platos voladores (vos me entendés; más no puedo hablar).

No te extrañe que en cualquier momento, los muchachos de Echegaray (el que dice que hay que veranear en el país y compró hace unos meses una casa en Punta del Este) se den una vuelta por la Isla de Pascua, el Triángulo de las Bermudas, la zona de las líneas de Nazca, Stonehenge, y otros lugares sospechados de visitas extraterrestres. Casi agotados los controles posibles (aunque con estos millonarios puestos a fiscalizar nunca digas "se terminó"), Echegaray quiere más y más. Igual que Moreno y compañía. Están cebados. Huelen miseria y quieren más miseria. Como los chacales.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)