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20 junio 2012

Red Bull: un hombre camino a ser puré cósmico


Por Humberto Acciarressi

Se llama Félix Baumgartner, es austríaco, tiene 43 años y vocación de suicida. Entre julio y septiembre, en fecha a determinar por cuestiones climáticas, aspira a convertirse en la primera persona en romper la barrera del sonido en caída libre, luego de saltar desde 36.576 metros, es decir desde la estratósfera. "Necesito ponerme en peligro para ser feliz. Necesito desafiarme. Y éste es el salto definitivo", manifestó este hombre que está más cerca del arpa que de la guitarra si no se arrepiente.

La cosa no es fácil de entender. No la demencia del tipo, que está clara, sino la mecánica elegida por el borderline. Trataré de resumir lo que dice el director médico de la misión Red Bull Stratos (que podría, por características, traducirse como suicidio asistido). El médico se llama Jonathan Clark, fue cirujano en seis misiones de la NASA y monitoreará el salto desde la cápsula ubicada en las puertas del espacio. El tipo es serio y no parece ser de los que mienten.

Pasamos por alto los problemas que existen desde el despegue de la cápsula (y no son pocos, por ejemplo que sus fluidos corporales se evaporen) y nos centramos en la caída. A treinta segundos del salto, Félix ya estará rompiendo la velocidad del sonido (1.125 km/h), unos instantes más tarde perderá impulso por la densidad de la atmósfera, y si todavía no es un trozo de hielo (algo sumamente probable a 68 grados bajo 0), continuará con su camino a la gloria o a una lata de puré instantáneo.

El médico sostiene que "todos los cambios fisiológicos que experimente serán pasajeros y dejarán de tener efecto cuando aterrice". Claro que para eso, el conejillo de Indias no debe "entrar en barrena", o sea girar descontroladamente, conviertiendo sus ojos, su cerebro y su sistema cardiovascular en un licuado de hombre. Su mentor Joe Kittinger, actual poseedor del récord mundial de salto en caída libre, dice que "Felix necesita `las tres C’: confianza en su equipo, en su equipamiento y en sí mismo". Y si hablara en castellano agregaría otra "C" antepuesta a las demás. No lo dudes.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)