Braunschweig, una ciudad de la Baja Sajonia, está viviendo una serie de hechos que parecen sacados de una vieja leyenda. Un moderno Robin Hood ya ha repartido casi 200.000 euros a los más necesitados de esta ciudad, en sobres llenos de billetes de 500. Hogares infantiles, centros de menores, residencias de discapacitados y otras instituciones de ayuda social han recibido el socorro de este misterioso personaje, del que incluso ni siquiera se sabe si es hombre o mujer. Llama la atención la forma en que reparte la plata: un sobre blanco escondido detrás de los libros de una iglesia; otro debajo del felpudo de una institución; o en la recepción de un periódico. El dinero no cae del cielo, pero eso parece.
Naturalmente, ya han comenzado las especulaciones sobre la identidad. Algunos, incluso, lo llaman "El ángel de Braunschweig", y se piensa que es un millonario en trance de muerte y sin herederos. Otros aventuran que se trata de un ganador de la lotería que no sabe qué hacer con la plata, lo cual es bastante deprimente y llama a preguntarse: ¿entonces para qué jugaba? Uno de los que se refirió a este Robin Hood del siglo XXI es Michael Knobel, director del hospicio Am Hohen Tore, donde la persona dejó una contribución: "Nos gustaría saber quién es él o ella para invitarlo a tomar un café". También se han explayado el cura, el intendente, el jefe de policía, los maestros, en fin, casi todos los representantes de las "fuerzas vivas". Todos quieren saber quién es este Robin Hood. Personalmente, yo me limitaría a disfrutar la guita sin mirarle los dientes
(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)