Páginas

19 enero 2012

Subasta su cuerpo por falta de trabajo

Por Humberto Acciarressi

Se llama Tina Beznec, es neozelandesa y tiene 23 años. A juzgar por las fotos es robusta y ya tiene medio cuerpo tatuado (incluyendo dos pájaros enfrentados, uno en cada seno). Pero a Tina en los últimos dos años le fue como la mona. Buscó por todos lados y no pudo conseguir trabajo, drama que sufren millones de jóvenes. Sólo que ella tiene una imaginación que ninguno de sus eventuales empleadores supo ver.

Cansada de yirar y yirar, subió un aviso muy curioso a la web: "Tu tatuaje en mi trasero". En su cuenta de Facebook, la chica había recibido hasta ayer a la tarde 230 mil propuestas y el precio de subasta ya superaba los 10 mil dólares. Pero su cola sigue en oferta y los postores se multiplican. Quién gane podrá poner lo que quiera en el trasero de la neozelandesa: desde un aviso para vender una bicicleta hasta una declaración de amor, pasando pr todo aquello que quieras imaginarte. "Sólo espero que no haga nada estúpido", manifestó.

Por las dudas, la piba puso algunas condiciones. Ella les da el "lienzo", pero el tattoo será cuadrado, de 9 centímetros de lado, y sólo en una de las nalgas. Eso sí: el cliente podrá elegir en cual. Entre las propuestas hay gente que quiere poner un retrato propio, o "propiedad de (y su nombre)". En verdad le han propuesto cada cosa, que Tina se las verá en figurillas a fines de esta semana, cuando el concurso/subasta llegue a su fin. Ya se aclaró que el ganador recibirá una foto de la obra enmarcada, pero la chica -que tiene novio estable- dijo que no tiene ningún problema en mostrarle la cola en vivo y en directo si el triunfador vive en la zona o quiere viajar para conocerla. No soy Nostradamus, pero al novio no le veo mucho futuro.

Un dato final para tener en cuenta. Discepolianamente, el sitio en el que Tina puso su aviso ya tuvo algunos líos legales. Por ejemplo, hace unos meses, recibió una demanda y tuvo que retirar el ofrecimiento de un hombre que necesitaba plata, se cortó la pierna y puso en venta el miembro amputado. Mamita.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)