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13 octubre 2011

Si cae un satélite, avisen que me escondo

Por Humberto Acciarressi

Si algo quedó fuera de dudas hace unos días es que la NASA sólo es superada en números arbitrarios por el INDEC. Cuando cayó el famoso "colectivo espacial" llegó a decirse, "científicamente", que caería en un sitio entre el Artico y la Antártida. Un zombie haitiano hubiera sido más preciso o menos caradura. Pero lo que ocurre es que, en general, los científicos nos creen estúpidos. Muchas veces están en lo cierto, pero algunas no. Y ésta es una.

Ahora, en la misma línea que el anterior anuncio, la NASA informó que otro satélite, el alemán Rosat, se precipitará a la Tierra la semana próxima. ¿El lugar? Alguna zona no especificada de Canadá. Ja. Esa frase me suena conocida: algo así como el "no tenemos la menor idea" de una semanas atrás. En Canadá no debe importarle mucho a la gente o no hay diarios o simplemente filtran las noticias malas. Porque siempre que va ocurrir algo terrible, sucederá en ese país del norte. Y nunca, hasta dónde sabemos, se han producido éxodos masivos.

Por lo pronto, si el misterioso "colectivo espacial" dicen que cayó en un lugar del Pacífico (después de asegurar que lo había hecho en sitios tan remotos como Siberia y Florencio Varela), sobre el satélite alemán no se arriesgan tanto. Aquel era chico. Este pesa 2,4 toneladas y está fuera de servicio desde 1999, cuando se apagó por una falla.

Los científicos, siempre tan optimistas, afirman que durante su entrada en la Tierra, el engendro se romperá en unas treinta piezas grandes. Algunas, con una masa total de hasta 1,6 toneladas, podrían sobrevivir a la desintegración al cruzar la atmósfera. Dicho en criollo: podés estar tomando mate y te cae en el balero una mole más grande que un contenedor de puerto, lleno de canto rodado. Dicen que hay una posibilidad entre dos mil de que dañe a una persona. El porcentaje es siniestro. Pero la cosa no termina allí. En la NASA afirman que habría que estudiar la situación de la "flota" de satélites en el espacio, ya que hay otros a punto de caer ¿Me parece a mí o estamos en el horno?

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)