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22 julio 2011

¿La Biblioteca Nacional ya es propiedad K?

Por Humberto Acciarressi

Con esa costumbre ya inherente a los llamados "intelectuales kirchneristas" (un dislate idiomático), dicen cosas, se arrepienten, los retan, y al rato están sosteniendo que no dijeron lo que todos escucharon. Horacio González, autor de la nota anti-Vargas Llosa, ya sabe lo que es recibir retos directos de la Rosada. Lo peor es que el titular de la Biblioteca Nacional los aguanta como un perro sin recursos. Y después, nobleza obliga, da la cara.

Igual no creo en la modestia de González ni de Forster. Ellos creen ser la vanguardia ideológica del "modelo" (¡¡¡cómo se reiría Cortázar de estas generalizaciones de una palabra!!!) y, como siempre ocurre, terminan a la cola y con más temores que certezas. Necesitaría varias columnas sólo para citar algunos ejemplos. Ahora, los integrantes de Carta Abierta se reunieron en la Biblioteca y debatieron sobre la perfomance de Filmus en las elecciones porteñas. A "Pan triste" -denominación puesta a su candidato por el propio kirchnerismo- le dieron con un palo. También lo hicieron con "678", Fito Páez y los medios oficiales y oficialistas. Como sus jefes políticos se enojaron, los "intelectuales" metieron la cola entre las piernas y ahora dicen que no dijeron lo que sí dijeron. Si no fuera patético, sería digno de una comedia de Neil Simon. Pero hay algo que no se negó.

Horacio González manifestó que el balotaje puede ser tranquilamente de 70 a 30% a favor de Macri. Y añadió que eso "pondría en peligro nuestra forma de militancia y la Biblioteca Nacional misma". Que hagan sus catarsis en sus salones, vaya y pase. Que se sientan dueños de la Biblioteca ya es un síntoma de la patología de base. Según su lógica impenetrable, si el canal público, la agencia oficial, radio Nacional (donde tienen a decenas de trabajadores en negro), etc, son suyos, ¿por qué no lo sería la Biblioteca?. Pues porque no. Porque lo que ocurre en la Argentina es que hay un gobierno que busca su tercer mandato y tendrá que hacerlo en el marco de las instituciones democráticas. Mal que pese, acá no hubo ninguna toma del Palacio de Invierno.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)