Por Humberto Acciarressi
Corre el año 1971. John Lennon, que por esos días descansa tras la separación de los Beatles, lee la revista británica Zig Zag. En ella se detiene en el reportaje a un joven de 21 años que comienza su carrera en el mundo del folk: Steve Tilston. John, coinciden todos sus biógrafos, era un tipo impulsivo. Toma papel, comienza a escribirle al muchacho una carta con consejos, le dice que "la fortuna no cambia las cosas importantes de la vida", le pasa su teléfono y le pide que lo llame. ¿Se entendió bien? Un desconocido estaba a punto de recibir una carta del más grande músico de rock, de la banda que cambió la historia del mundo. ¡¡¡Y le pedía que lo llame!!!. El sueño del pibe hecho realidad, el cielo al alcance de las manos; una noche con Scarlett Johansson sin tener la pinta del mundo ni invitarla a cenar a Maxim´s.
Pero -siempre hay un "pero", y si no pregúntenle al cura que llegó tarde a entregar la carta de Romeo a Julieta-, la revista quebró y Tilston siguió sin que lo extraordinario lo tocara con su varita mágica, dedicado a la música sin mucha repercusión. Nadie se tomó el trabajo de acercarle la carta, ni siquiera de llamarlo por teléfono. La historia siguió su curso inevitable, incluyendo el asesinato de Lennon a manos de un demente. En el 2005, 34 años más tarde, Tilston se enteró de la existencia de la nota (en poder de un coleccionista) cuyo contenido se dio a conocer estos días. Si me dicen que no quiso salir con una ametralladora a matar gente al voleo, no lo creo. Lo juro.