Luego del proceso, Jackson dejó de pagarles el sueldo a los empleados, estos lo demandaron, y las autoridades californianas pusieron el lugar al borde la clausura. No hace mucho, en el 2007, había sido puesto en garantía en un préstamo por 23 millones de dòlares pedido por el cantante, que luego no pagó ninguna mensualidad. Hace apenas unos meses, Jackson retornó a California. En la casa en la que murió, abonaba un alquiler de cien mil dólares mensuales. Una verdadera bicoca. Como en Citizen Kane, futuros investigadores deberán buscar el Rosebaud del músico muerto y tal vez, o no, encuentren algo.