Desde hace una hora, más o menos, estamos esperando en el diario la confirmación de la muerte de Michael Jackson. La cantidad de versiones ("murió", "está en coma", "no está enfermo", "¿qué infarto?") y las diferentes maneras de encarar la noticia (para Los Angeles Times "Falleció", para People "No respira" y para The New York Times "Está hospitalizado"), no hacen más que notificarnos de que el exceso de información no tiene nada que ver con "la información". Pero en un rato estoy con ustedes de vuelta, porque ahora parece que resucitó.