De acuerdo a un cable de AP, una mujer del estado de Iowa, en Estados Unidos, debió someterse a pruebas del virus de la rabia después de descubrir que un murciélago había buscado refugio en el filtro de su cafetera. Lo más lindo es que la mujer ya sabía de la existencia de esta criaturita de Dios. Después de haberlo visto se preparó el café, se fue a dormir, lo tomó a la mañana siguiente, y recién a la noche, al lavar el filtro, encontró al bicho. Como detalle para añadir: los laboratoristas no pudieron averiguar si el murciélago tenía rabia dado que el agua caliente le deterioró el cerebro. El cable no añade nada más, pero este blog - respetuoso de la ciencia - aventura un diagnóstico: la mujer no sufre de rabia; simplemente es pelotuda.