Como ustedes recordarán, el miércoles último pedí públicamente que alguien me consiga una prueba fehaciente de la existencia de los OVNIs. Todavía estoy esperando. Sin embargo, en medio de mis invocaciones a Mulder y Scully, el Vaticano me salió al cruce. En otras palabras, la Santa Sede admite que habría vida extraterrestre e, incluso más, que las criaturas del espacio exterior podrían ser santos. Y el portavoz de esa novedad es nada menos que un argentino, el astrónomo jefe del Vaticano, José Gabriel Funes, un jesuita de 45 años que aconseja al Papa Benedicto XVI sobre temas científicos. Una de dos: o nuestro compatriota se tomó todo el vino de la misa del domingo, o los muchachos de la Santa Sede saben más de lo que dicen saber.