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10 noviembre 2007

Murió Norman Mailer, el que no callaba

Hace unas horas, a los 84 años, se murió Norman Mailer. Fue, más alla de sus polémicas o precisamente por ellas, uno de los novelistas y periodistas que marcó la escena literaria estadounidense y mundial en la segunda mitad del siglo XX. En síntesis, uno de los grandes intelectuales que tuvo nuestro tiempo. Hace un tiempo había dicho: "Nadie me invita a comparecer en las grandes cadenas de televisión, a lo más que puedo aspirar es a aparecer en un programa minoritario de cable". Mientras preparamos un artículo sobre el autor de "Los ejércitos de la noche" y "La canción del verdugo", reproducimos algunas de sus ideas.

Humberto Acciarressi
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¿No le acusan de antinorteamericano?
Difícilmente puedo odiar a mi país. Amo la libertad. He tenido la suerte de ser escritor y obtener unos ingresos holgados desde los 25 años. En 1959, le dije al director del FBI, en televisión, que había hecho más daño a nuestro país que el mismo Stalin. Años después, pude obtener mi propio expediente de los archivos del FBI, que tenía 300 páginas. Estaban muy enfadados conmigo, pero nadie me llevó preso con esposas. He disfrutado de grandes libertades. Lo que digo es que la libertad es frágil y, si no trabajamos por ella, la vamos a perder, porque la democracia no es el estado natural del ser humano en sociedad, más bien lo contrario, hay que esforzarse mucho simplemente para mantenerla.

Usted se define como "conservador de izquierda". ¿Eso qué es?
Creo que hay cosas extraordinarias en este mundo que están en vías de extinción y que hemos de luchar para que sobrevivan. Por ejemplo, la arquitectura antigua, como la de Edimburgo, amenazada por la enorme fealdad de las nuevas construcciones. Creo que las sociedades humanas deberían basarse en una cooperación que no estuviera centrada en el dinero, sino en la experiencia concreta del hombre. Mi conservadurismo de izquierda es la denuncia de los aspectos opresivos y totalitarios de las nuevas tecnologías, es un intento de conservar lo bueno de este mundo. No creo en la utopía de la ciencia: "Usted confíe en nosotros y acabará viviendo 200 años, con las mismas prestaciones que cuando tenía 50". Es totalmente falso: no podemos hacer nada contra la ley natural de la energía.

Su otro nuevo libro traducido al castellano se ocupa de la guerra de Irak.
Me he opuesto radicalmente a ella, porque se ha hecho por causas inventadas. Ni siquiera han encontrado una sola arma de destrucción masiva. Saddam es un monstruo, pero no tenía vínculos con Bin Laden, más bien al contrario, eran rivales. A nuestros líderes no les importa la gente, eso está claro, porque lo que hacen es matar personas a cientos. ¿Y para qué? Nadie puede traer la democracia a un pueblo, eso es una idea equivocada. La democracia es un estado de gracia que sólo alcanzan los pueblos con muchísima gente concientizada. Lo único que hemos llevado a Irak es violencia y muerte.

Usted ha conocido personalmente a presidentes norteamericanos como Kennedy o Reagan. ¿Qué piensa de Bush?
Detrás de la guerra de Irak está su deseo de apoderarse de Oriente Medio y el mundo entero. Es peligroso: según propia confesión, cree que Dios lo apartó del alcoholismo para llevarlo a la oficina oval (de la Casa Blanca). ¡Eso da miedo!
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Norman Mailer en un fragmento de un reportaje otorgado en 2003 al diario español La Vanguardia.