08 enero 2016

Kim Jong-un, el loco que festeja su cumpleaños con una bomba H


Por Humberto Acciarressi

Ya lo escribimos en una oportunidad: salvo sus seguidores y él mismo, nadie en el universo duda que Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte, está más chiflado que una cabra. Lo grave es que es un loco inteligente. Este gordito peligroso es el tercer mandatario de la dinastía comunista de los Kim, que arrancó en 1948 con su abuelo Kim II-sung y duró hasta la muerte de éste en 1994, y prosiguió con Kim Jong-il, su padre, que gobernó entre 1994 y el 2011, cuando falleció misteriosamente durante un viaje en tren. Este psicópata que estudió en instituciones suizas, amante del básquet, el esquí, los dibujos de Disney, los videojuegos, los relojes de alta gama y las películas de Jean-Claude Van Damme, tiene prohibido internet en su país, la censura de prensa va acompañada por el fusilamiento de quienes osen decir algo diferente a lo emanado del poder central, las ejecuciones de funcionarios (entre ellos familiares suyos) son moneda corriente, la "música peligrosa para la población" es quemada, y mantiene la tradición de ponerle el nombre de los miembros de la familia a cualquier cosa que inaugura.

Este demente que parece salido de una mala película bizarra de su ídolo Van Damme acaba de llegar a uno de los límites que pocos creían que iba a cruzar, incluyendo al gigante chino. Ya en diciembre había anunciado que su país iba a probar, para celebrar su cumpleaños número 33 (nació el 8 de enero de 1983), una bomba de hidrógeno. Ahora, luego de un tiempo sin aparecer porque se había roto un pie al utilizar unos zapatos especiales para parecer más alto, Kim Jong-un ordenó emitir un comunicado que señala que la prueba con la bomba termonuclear de 250 megatones (la más potente conocida hasta ahora y cien veces más poderosa que la que destruyó Hiroshima) fue realizada con éxito. Paralelamente, las autoridades norteamericanas, chinas y de Corea del Sur captaron en sus equipos un "sismo artificial" que alcanzó una magnitud de 5,1 grados en la escala Richter, lo que motivó una urgente reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, oficialmente pedida por Estados Unidos y Japón.

Si bien algunos especialistas sostienen que una bomba de tales características debería haber provocado un movimiento telúrico superior y que podría tratarse de un aparato de menor magnitud (como si eso tuviera alguna importancia), la agencia norcoreana KCNA, vocera internacional del régimen de Pyongyang, señaló sin vueltas: "Hemos realizado la prueba con la sabiduría, la tecnología y los esfuerzos nacionales. Es un evento sorprendente que se recordará de forma especial en la historia del país. Corea del Norte se suma con orgullo a los países nucleares más avanzados que posee la bomba H". Y ahora, mientras el mundo se debate ante la posibilidad cada vez más cierta de caer en un conflicto de magnitudes inimaginables, Kim Jong-un sigue con su costumbre de manejar alguno de sus decenas de Mercedes-Benz, o pasea en sus yates mientras toma una de las tantas bebidas alcohólicas en las que llega a gastar 25 millones de dólares, se entretiene cazando con sus perros de raza que comen mejor que el pueblo norcoreano, o salta de sauna en sauna en cualquiera de sus múltiples mansiones. Para concluir quiero añadir algo: decirle excéntrico a este peligroso demente es un abuso de las licencias poéticas.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)