16 diciembre 2015

Una discusión entre pares por el kirchnerismo mediático

MAURO VIALE LLEVO A LOS PROPAGANDISTAS DEL KIRCHNERISMO Y TERMINO BASUREADO
Por Humberto Acciarressi

Hay cosas que causan gracia. No poca, sino mucha gracia. Por ejemplo, nadie duda de los esfuerzos de Mauro Viale por tratar de ser ecuánime, sin serlo, ya que siempre que pudo no hizo otra cosa que atacar al nuevo presidente de los argentinos, Mauricio Macri, en el enfrentamiento entre kirchneristas y macristas. Pero sus años de vocero mediático menemista no parecen haberle enseñado nada. Por lo menos cuidarse. Basta recordar cuando el ex mediatizador de las Natalias y las Samantas, dirigiéndose a cámaras, le recomendó a Macri que cambie de psicoanalista y dudó de la "buena salud mental" del hoy presidente. Claro, una vez que recientemente comenzó a dar vueltas en las redes sociales la pauta oficial que lo ubicó entre los más favorecidos por la ex mandataria Cristina Fernández, Viale se puso como loco. Y el conductor que se jacta de saber mucho de psicoanálisis porque tiene "una esposa y una hija" que lo son (sublime estupidez), ahora quiere ser más papista que el Papa.

Viale, que está en el bando de quienes perdieron las elecciones, quiere ubicarse al lado de los que soñaban con "Cristina eterna". Y sus esfuerzos son tan lamentables que se convirtió en un vocero de los integrantes del ex programa oficialista "678", a la par de Víctor Hugo Morales y no muchos más, como si los propagandistas del kirchnerismo fueran periodistas. Lamento informarles que no es así. O, en todo caso, es igual a decir que los que integraban la oficina nazi del Ministro del Reich para la Ilustración Pública y Propaganda, Joseph Goebbels, eran periodistas. El panel de "678" está integrado por gente que nunca, en una década, sufrió ningún problema económico, se burló de quienes trabajaban en otros medios, el inexistente Barone -en una oportunidad- dijo que ellos "eran inteligentes" en un país en el que los que trabajaban en otras publicaciones no lo eran. Pero no sólo eso. Se cansaron de atacar a extraños y propios - lo de Scioli es antológico-, insultarlos de toda forma posible, de acuerdo a las instrucciones precisas llegadas desde la Casa Rosada.

Claro que no fue únicamente "678", fue toda la programación estatal, desde la radial y televisiva, a la de los empresarios favorecidos por la pauta oficial, e incluso algunos armadores del kirchnerismo como Cristóbal López, devenido en dueño de un imperio mediático afín. Pero "678" fue, además de un engendro propagandístico, el lugar emblemático desde donde se le faltó el respeto a la oposición, a los jueces, a los dirigentes ajenos y a los propios disidentes del palo. Ahora, decía, Mauro Viale se convirtió en un ladero de quienes se creían que tenían la sartén por el mango y que hoy andan mendigando un espacio que ellos jamás dieron. Y, luego de hacer una introducción que duró varios programas, llevó a su programa a varios integrantes. Y allí se armó. Porque en el fondo, los del programa de propaganda kirchnerista también desprecian a Viale. El asunto es que por haber presentado un informe en el que repasaba un viejo número de la revista Noticias, referida al goce del poder de Cristina Fernández, los invitados le dijeron de todo.

La verdad que el episodio fue de antología. Y es más. Allí salió a la luz lo que de verdad representa esos beneficiados del poder durante una década. Le dijeron de todo a Mauro Viale por haber presentado ese informe; uno amenazó con irse porque - enfatizó- representaba un insulto a la ex mandataria; atacaron al presidente electo; hicieron lo mismo con Nelson Castro por su libro sobre las enfermedades de CFK; y hasta dijeron que el conductor "deterioraba la figura" de la ex presidente. Incluso Cynthia García le escupió en la cara a Viale: "Vos no sos inocente". Al conductor sólo le faltó arrastrarse por el piso pidiendo perdón. Una de las pocas defensas que hizo Viale fue decir que él no era Nelson Castro. Vaya novedad, Mauro, vaya novedad. Después, para terminar bien pour la galerie y con ataques a todo lo que representa el nuevo gobierno, culminaron el programa hablando maravillas sobre "678", uno de los programas con menos raiting de la historia y, como si eso fuera poco, una basura fascista.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)