12 octubre 2015

No sólo John Lennon rechazó una condecoración británica


Por Humberto Acciarressi

Se ha escrito mucho sobre John Lennon. Yo mismo lo hice demasiadas veces desde que empecé a garabatear papeles. Y en realidad no está mal que así sea. Si alguien merece homenajes y recuerdos póstumos es el beatle, que ya era un "ex" cuando fue asesinado en las puertas del edificio Dakota de Nueva York por los cinco balazos del enajenado Mark Chapman, ese mal lector de "El guardián en el centeno" de J.D.Salinger. Todavía guardo el cable de AP, de papel sedoso y con tachaduras varias (por ejemplo las típicas de los "picadores", o sea el cambiazo del "ayer" por el "hoy"), con el "Mataron a John Lennon" de título. He tirado o regalado cosas por las que otros pagarían buena plata, pero ese recuerdo de las viejas cableras lo tengo como si fuera algo de oro, metal que odio con entusiasmo.

Ahora se cumplió un nuevo aniversario de su natalicio y, entre tantos homenajes, se destacó el intento de su viuda Yoko Ono de entrar en el Guinness con un símbolo de la paz hecho con personas. No superó las cinco mil, que era el antecedente a derrotar, pero fue igualmente magnífico. Personalmente pensé en una historieta -no recuerdo cual- en la que se hablaba del desaire de John a la reina de Inglaterra. Se refería a cuando el músico devolvió su nombramiento como Miembro de la Orden del Imperio Británico con una nota que decía: "Su Majestad, le devuelvo esto en protesta contra la participación de Gran Bretaña en el asunto de Nigeria-Biafra, en contra de nuestro apoyo a Estados Unidos en Vietnam y contra la caída de Cold Turkey en el ranking". Como sabés, Cold Turkey es el título de una canción editada en disco sencillo por Lennon, antes de la separación de los Beatles.

Y como una cosa trae a la otra, del músico salté a otros que rechazaron a la monarca inglesa. Por ejemplo Joseph Corre, fundador de la marca de lencería Agent Provocateur, que en el 2007 manifestó su negativa a recibir un título y acusó a Tony Blair de ser "moralmente corrupto". O J.G.Ballard, autor de libros memorables como "Crash", "El mundo sumergido", "La isla de cemento" o "El imperio del sol", quien rechazó un título noble por considerarlo "una farsa ridícula". Alguna vez escribí sobre quienes eludieron ese tipo de "homenajes reales" entre 1951 y 1999. En rigor era una nómina de 277 personas, entre las que estaban Lucien Freud, Aldous Huxley, Francis Bacon y Henry Moore. Entre esos personajes se lleva un récord el artista plástico Laurence Stephen Lowry, aquel que se negó a recibir un honor en cinco oportunidades: tres veces a ser Oficial de la Orden del Imperio Británico, una a ser Comandante y la última a ser nombrado Caballero en 1968.

Hubo otros que desairaron a la reina. Entre ellos Roald Dahl (autor, entre otros libros, de "Charlie y la fábrica de chocolates") y C.S.Lewis. El genial Alfred Hitchcock rehusó recibir un título de honor, pero un par de meses antes de morir aceptó la orden de Caballero. Una lástima. Y ya que estamos en tema recordemos a quien estuvo en las antípodas de los mencionados: Roger Casement. Fue oficial en el Congo (donde criticó ferozmente torturas y vejaciones a los nativos, mientras entablaba amistad con Joseph Conrad), luego acusado de traidor por ser activo partidario de la independencia de Irlanda y ejecutado después de haber sido privado de su título de Caballero. Como sabés, se trata del protagonista de "El sueño del celta", la novela de Mario Vargas Llosa.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)