24 mayo 2014

Coldplay y sus historias de melancólicos fantasmas

Por Humberto Acciarressi

Apenas en el primer día de estar en las bateas de Inglaterra, el nuevo álbum de Coldplay, "Ghost Stories", vendió 82.000 copias y está rompiendo récords propios y ajenos de acuerdo a los datos suministrados por The Official Charts Company. En verdad era de esperar, cuando el video del sencillo "Magic" - un clip que mezcla cine mudo con una melancólica estética blanco y negra pop- llegó en apenas unos días a casi 19 millones de visitas en You Tube. Y que a "Midnight", tema que fue pensado para un video promocional y se convirtió en sencillo, lo escucharon, por la misma vía, unas 16 millones de personas. El asunto es que quienes tienen muy presente "Mylo Xyloto", la anterior placa de la banda británica, se van a sorprender con el retorno musical a los álbumes previos, especialmente al primero de ellos, "Parachutes", que Paul Stokes, editor de la revista inglesa Q, señaló como uno de los 101 discos que hay que escuchar antes de morir.

Se atribuye la vuelta al intimismo musical y la estética más dark a la separación de Chris Martin de su esposa, la actriz Gwyneth Paltrow, ocurrida hace poco. Tal vez sea así o tal vez no. De hecho hay antecedentes y más interesantes, como cuando Bob Dylan editó "Blood on the Tracks" (seleccionado como el quinto Mejor Album de la Década del 70), para conjurar su separación de Sara Lowndes. En todo caso es lo de menos. Aún más, si eso fuera así, bienvenido sea el divorcio del frontman de Coldplay, si dio pasta para este buen disco conceptual y sobrio, que poco tiene que ver con el colorido del previo. Además de los mencionados "Magic" y "Midnight", otras siete canciones integran la edición estándar de la placa: "Always In My Head", "Ink", "True Love", "Another´s Arms", "Oceans", "A Sky Full Of Stars" y "O" (con un interesante protagonismo del piano). Curiosamente, es en la versión deluxe, con tres composiciones más, que se encuentra la balada "Ghost Story", que le da nombre al disco.

Otra de las cosas que habría que mencionar de esta placa es que está a mitad de camino entre el sonido acústico típico de Coldplay y el más rico en sonoridades de "Viva la Vida or Death and All His Friends", no casualmente producido por el siempre exquisito Brian Eno. Más allá de estas diferencias (una que quedó en el tintero es la de "A Sky Full Of Stars", un pop alegre que rompe la melancolía general del disco), lo cierto es que contra viento y marea, Coldplay ya lleva vendidas más de cincuenta millones de placas de sus seis CDs de estudio. Es cierto que hay quienes no los soportan y es recordada la calificación de Jon Pareles como "la banda más insufrible de la época", pero también lo es que sus seguidores no se hacen muchos problemas. Y los músicos menos. De hecho, Martin ha dicho -no una sino varias veces- que las críticas negativas lo estimulan.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)