18 abril 2014

La revista Pelo, la Biblia del rock


Por Humberto Acciarressi

Existen dos tipos de libros sobre medios de comunicación: aquellos escritos por quienes no los vivieron por dentro -sea por una cuestión de tiempo o de oportunidad- y esos que recopilan anécdotas internas, ya que fueron redactados por alguno de los que "cocinó" la cosa desde adentro. En los dos rubros hay clásicos, y no siempre un abordaje es mejor que el otro. Los libros sobre periodismo, como el periodismo mismo, pueden darse ciertos lujos, aún a costa de manuales de estilo y modas de ocasión. Las revistas de rock de la Argentina, especialmente las que hicieron historia y a diferencia de las de letras y artes, no cuentan con gran bibliografía. Por eso es bienvenido un libro que está destinado a convertirse en referencia obligada: "La Biblia del rock. Historias de la revista Pelo", de Juan Manuel Cibeira, alguien que todos quienes estamos en estas lides conocemos y de quien sabemos sus pergaminos en la materia.

La historia, que arranca con un prólogo de quien fue el creador y director de la publicación, Daniel Ripoll, ya en el primer capítulo pone a su autor alla por 1972 (a dos años de la salida de la revista), cuando estudiaba diseño gráfico y su pasión por la música y por el rock en particular lo llevaron a presentarse en las oficinas de "Pelo". Allí estuvo durante veinte años, pasó de cronista a director ( cuando Ripoll estuvo desaparecido por la dictadura y luego debió emigrar a Francia), y vivió intensamente esas épocas en las que se registraron los primeros pasos del rock nacional y lo que ocurría en el ámbito internacional. Con el paso del tiempo, los seguidores de los primeros rockers argentos esperaban la salida, cada quince días, de la revista que los mantenia informados sobre todo lo que ocurría en el universo en crecimiento de esta música, que aún era mirada de soslayo por muchos.

Cibeira, entre otros, entrevistó a Queen, a Police, a Carlos Santana, y debutó en la publicación con un reportaje titulado "El dúo acústico", la primera nota que se le hacía a dos chicos llamados Charly García y Nito Mestre, que tocaban bajo el nombre de Sui Generis. El gran aporte del libro es que su autor cuenta las anécdotas entre nota y nota, entre cierre y cierre, y las formas en que se decidían los contenidos de la publicación, en momentos en que la mayoría de los futuros genios de la música aún eran desconocidos del gran público. Y además lo que sucedía en el país, entre golpes militares y pasajes democráticos y violentos, hasta el advenimiento final de la democracia, después de la caída de la dictadura y el juicio a los comandantes. Por supuesto el libro sigue hasta la desvinculación de Cibeira de "Pelo", con sabrosas anécdotas que hacen a la historia íntima de cada uno de los grupos más emblemáticos de entonces. En definitiva, un gran aporte desde la literatura a la historia del rock argentino, pasando por la revista más icónica que todos recordamos.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)