09 febrero 2014

El circo, fenómeno de los espectáculos porteños

Por Humberto Acciarressi

Los amantes del circo, sea de sus antiguas variantes como de las más modernas, también tienen su espacio en nuestra Buenos Aires. En el marco del ciclo Verano en la Ciudad, el programa de actividades gratuitas del ministerio de Cultura porteño, el fenómeno no es ajeno. Con éxito durante enero y los primeros días de febrero, las próximas funciones se llevarán a cabo desde este viernes, con "Circo x 4". Durante esta jornada y las del 8, 9 y 14 de este mes, a las 18.30, con entrada gratis que debe ser retirada dos horas antes en Polo Circo (Juan de Garay 2051 y Combate de los Pozos, en Parque Patricios), el espectáculo integra acrobacia, altura, equilibrio y malabares. Los secretos y los misterios del origen del mundo del circo se revelan, con gran calidad estética, en esta puesta en la que interactúan cuatro artistas.

Otro de los shows que se las trae en el mes en curso -del que se realizarán dos únicas galas a las 18.30 del sábado 15 y del domingo 16- será "Buenos Aires tiene magia", del que participarán los mejores magos de Argentina (Matus y Daba), Estados Unidos (Tina Lenert), España (Carlos Adriano), Japón (Yo Kato), México (Edmundo Miller), Corea (Hyun Jonn Kim, premio mundial de magia), Brasil (Henrry Vargas), Perú (Bruno Tarnecci, campeón latinoamericano de magia), Colombia (E-Nygma) y Venezuela (Argelia). Es, como puede advertirse, una verdadera convención internacional de magos, que no tienen nada que envidiarle a Harry Potter.

Hay un tercer espectáculo, "Nocturna", para el que se cobra una entrada de 60 pesos, salvo los jueves que cuesta 30 (esta semana el precio popular se cobrará el viernes por cancelación del día original). El mismo tiene lugar también los viernes, sábados y domingos a las 21, al aire libre, y lo llevan a cabo los integrantes de la compañía de circo Vaivén hasta el 16 de febrero. El show, que es de gran formato y enormes estructuras con trapecios y redes, fue creado y es dirigido por Gustavo Silva, y se trata de una mezcla de tango y circo interpretado por un elenco de doce increíbles acróbatas. La obra cuenta historias bien argentinas y los artistas se relacionan con el público mediante sensaciones que sólo pueden ser contadas a través del movimiento. Sería un error considerar que estas presentaciones sólo son para los más chicos. Nada más alejado de la realidad. Son obras para disfrutar a cualquier edad.

(Esta columna fue publicada en el diario La Razón y también podés leerla acá)