04 mayo 2013

La película sobre Kirchner vetada por el "relato"

UNO DE LOS POCOS ESPECTADORES QUE VIERON "NESTOR KIRCHNER. LA PELICULA", PREPARADO POR UN PUNTERO ANTES  DE LA FUNCION

Por Humberto Acciarressi

Nadie duda, a esta altura de nuestra cinematografía, que "Néstor Kirchner, la película" fue lo más lamentable que se vio en una Argentina de grandes documentalistas. En los pagos de Gleizer, Favio y Solanas, la pieza de Paula de Luque no fue vista salvo por punteros kirchneristas, en cines vacíos con las butacas compradas de antemano. "Néstor Kirchner, la película", una historia impermeable a cualquier análisis, es apenas un nombre pomposo.

Esta "no película" se dio en decenas de salas, pero no la vieron más de mil personas. Sirvió para que algunos conocieran la voz de Máximo Kirchner. Pero vos recordás que los productores Fernando "Chino" Navarro (ex baluarte duhaldista en Lomas de Zamora) y el publicista Jorge "Topo" Devoto, dueños de ToChiNeKi, antes de encargarle el film a Paula de Luque, le habían dado la tarea a Adrián Caetano. Pero la cosa terminó mal. El Chino y el Topo vetaron la versión del director de "Pizza, birra, faso". Y lo hicieron por "diferencias de contenido".

Pero, ¿a qué se referían en su momento los productores? A la difusión de escenas que contradicen el "relato oficial", como se puede ver ahora, gracias a que "Los trabajos prácticos" la subió a la web. Lo que no querían ni Navarro, ni Devoto, ni Paula de Luque (que se paseó por los canales oficiales como si fuera Lina Wertmüller), era que se vieran las relaciones carnales de Kirchner con Duhalde (que lo ungió presidente), Acevedo y Eduardo Arnold (que hoy aportan datos sobre la ruta del dinero K), el ex ministro menemista José Luis Manzano (hoy dueño de varios medios ultraK), Miguel Bonasso o Mario Das Neves. Ni hablar del propio Kirchner diciendo: "Menem ha logrado la estabilidad, detener la inflación, bajar las tasas, dar una política fija al dólar, respeto internacional". Apenas unas perlas de la película que no fue... Incluyendo cuando muy tranquilo, frente a una cámara que creía apagada, el difunto dice "Tengo 600 millones de pesos", luego de anunciar el pago en bonos de las regalías petroleras a Santa Cruz en 1993. Con cara solemne.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)