21 julio 2012

Heart Attack Grill: comer hasta morir


Por Humberto Acciarressi

Ma´ que dieta ni ocho cuartos. Si querés alimentarte bien y vivir unos años más, andá a verlo a Cormillot.Pero si el carpe diem es tu lema, metete en alguno de los locales de comida de la cadena estadounidense Heart Attack Grill (Parrilla para el infarto). Alli podrás mandarte al buche una hamburguesa de 8.000 calorías. Algo así como lo requerido para trotar desnudo por el Artico para hacer la digestión.

Una compañera especialista en estos menesteres (no en comer, sino en encontrar estos datos), informa que esas bombas no tienen gelinita, pero son más mortales. Si querés suicidarte anotá: cuatro hamburguesas fritas en grasa de cerdo, panceta, ocho fetas de queso, un tomate entero, media cebolla y seis rebanadas de pan. Sospecho que esta especialidad, llamada "Cúadruple bypass", es más barata que una calibre 22 en el mercado negro.

Pero no es lo único que puede empujarte a una muerte súbita en esta cadena cuyo dueño, llamado Jon Basso, es considerado "un pornógrafo nutricional". No bien entrás, una de las mozas vestidas de enfermeras te pone una bata de internado y te toma el pedido en una receta médica. En la puerta, por si las moscas, siempre hay estacionada una ambulancia.Hamburguesas XXL, gaseosas con azúcar agregada, un "salad bar" que parece un salitre, cigarrillos sin filtro, son algunas de las perlitas fatales que se ofrecen para ingerir "una comida por la que valga la pena morir", de acuerdo a la publicidad.

Hasta el momento no se han registrado muertos, pero muchos comensales -a punto de desmayarse, vomitados y colorados como un morrón- debieron ser retirados en sillas de ruedas. Lo único que le faltaría a estos locales sería una ficha clínica del "paciente", aunque sea para verificar el tiempo en que tarda en morir alguien sometido a esta dieta con más grasa que los mediáticos de la TV vernácula. En cierto sentido, el Doctor Jon -así se hace llamar el dueño- no hace más que tomarse en broma lo que es una triste y generalizada realidad.

(Publicado en la columna "El click del editor", de La Razón, de Buenos Aires)