09 septiembre 2010

Ser feliz es posible a partir de 6.000 dólares

Por Humberto Acciarressi

¿Qué es la felicidad?, se pregunta la filosofía desde hace milenios. De manera que no vengan a esta humilde columna en busca de algo que pueda definirla. Sí estamos en condiciones de transmitir un reciente estudio que sostiene que -sea lo que sea la felicidad- se logra a partir de los 75 mil dólares anuales, unos seis mil verdes por mes. Monedas más, monedas menos. Vale decir que el dicho "el dinero no hace la felicidad", como tantos otros adagios populares, es una burrada sin asidero científico. Todos los personajes arquetípicos del arte (desde los avaros de Dickens hasta el señor Burns de los Simpsons) no son más que un engañapichanga para mantenernos tranquilos a los que miramos estas realidades desde abajo. El mismo estudio, sin embargo, enfatiza que a partir de esos 75.000 anuales no se es más feliz, lo cual parece un dislate de proporciones.

El estudio llega a otra conclusión. Si ésta no aspirara a la certeza, causaría risa a pesar del dramatismo: la enfermedad y la soledad se agravan con la falta de plata. La segunda es dudosa. En cuanto a la primera es tan obvia que parece un aforismo de Narosky o una frase de Perogrullo. Claro que para llegar a esa conclusión no hace falta entrevistar a casi medio millón de personas y sólo bastaría con ir a cualquiera de los servicios de nuestros hospitales. En síntesis, el estudio es un aliciente para los que ganan buena plata e incrementa la insatisfacción de los infelices. Es terrible ¿No te sobra un pe´ para un vino?

(Publicado en la "Columna del editor" de La Razón, de Buenos Aires)