10 mayo 2010

Hugh Laurie: el cínico más simpático



Por Humberto Acciarressi

Hugh Laurie es un hombre de suerte. Pero lo era desde antes que el doctor Gregory House lo convirtiera en un ícono mundial, con fanáticos entre todas las edades. Ese antihéroe desafiante, malhumorado, brillante y contradictorio, ha merecido varios estudios, como los compilados por William Irwin y Henry Jacoby en "La filosofía de House". En éste se analiza desde distintas ópticas - que van desde Aristóteles hasta Sherlock Holmes, pasando por Sócrates y la retórica taoista - al médico misógino del Hospital Princeton-Plainsboro. Pero con estudios o sin ellos, en cinco temporadas doctor House se ha metido al mundo en el bolsillo. Hugh Laurie, decíamos, es un hombre de suerte. Pero siguiendo los razonamientos de su personaje más famoso: ¿lo es realmente? Veamos.

Cuando hace más de un lustro fue contratado en los Estados Unidos, su mujer se quedó en el Reino Unido cuidando a sus hijos, Charlie, Rebecca y Will. Ahora, con la fama mundial a cuestas, reconoce que aquella determinación le pasó la cuenta. "No puedo decir que esta serie haga mi matrimonio más fácil", confesó a US Magazine, para añadir que "no estaba preparado para esto". En el 2007, le fue diagnosticada una depresión, que fue atribuida a esta circunstancia.


Hugh Laurie, en tanto, siguió trabajando a full y demostrando la versatilidad que ya se le conocía en Inglaterra. Nacido el 11 de junio de 1959 en Oxford, estudió arqueología y antropología, se dedicó a coleccionar motos (en la actualidad tiene unas diez), y comenzó la carrera de la actuación. En el medio, con tono dramático, le había prometido a sus amigos que se iba a suicidar antes de los cuarenta años, cosa que obviamente no hizo. Por esos años conoció a Emma Thompson, nacida el mismo año que él unos meses antes (el 15 de abril), con quien tuvo un romance y con quien trabajó en el cine en "Peter’s Friends" y "Sense and Sensibility", entre otras. También fue vital en su formación y el posterior desarrollo de su carrera, la amistad con Stephen Fry, su compañero en infinidad de trabajos.




La música tampoco le es ajena a Laurie, y en programas televisivos y pubs londinenses cantó y tocó la guitarra, el piano, la armónica o la batería. El que tenga curiosidad puede entrar en You Tube y allí encontará varias de estas actuaciones, algunas realmente memorables. Para que no queden dudas sobre las condiciones multifacéticas de Laurie, acaba de aparecer en nuestro país, con el título de "El vendedor de armas" (Planeta), el thriller que publicó en 1996 y con el que entró a todo trapo en el mundo de la literatura. Con un estilo que combina una muy buena prosa y ese exquisito humor británico, Laurie deja bien en claro que todo lo que toca lo convierte en arte.

Nadie sabe de dónde saca el tiempo este actor, músico, director, productor y escritor. Tal vez ni él mismo lo sepa, y por eso sus quejas. "Esto no es vida", dijo hace poco. Es triste pensarlo, pero sus fans se comportan como lo haría el Dr. House y le dicen: "Fue tu elección Hugh".

(Publicado en La Razón, de Buenos Aires)